Los monstruos verdes ya están aquí.

Texto: Silvia López, La Casa de LuMa.

Los niños seguirán teniendo las típicas enfermedades de niño también este curso.

¡Pues vaya!, diréis, ¡menudos ánimos!

Pero es que los niños siguen siendo niños, con o sin pandemia (aunque nos han demostrado más paciencia que cualquier adulto).

Los niños seguirán teniendo mocos, algún día de fiebre, diarreas… y puede que la mayor parte de las veces no sea Covid. Durante el invierno un niño puede pasar por unos cuantos catarros y enfermedades comunes y nada graves, y este artículo de Lucía Mi Pediatra lo explica muy bien.

Como madre, he tenido que lidiar con enfermedades infantiles de mis hijos. Como educadora (cuando trabajaba en escuela infantil) convivía diariamente con ellas. Como madre de día, las he visto, pero es algo que poco nos visita.

¿Y eso? ¿Desinfectas a los niños en la puerta?, os preguntaréis.

Es tan sencillo como que llevamos años realizando lo que ahora recomiendan todos los expertos en sanidad:

– Grupos reducidos: nuestra ratio es de 4 niños por hogar. Vamos, que en casa como mucho nos juntamos 5, contando con la madre de día. Así que somos menos a distribuir virus, la rueda de contagios es menor.

Aire libre: nuestra filosofía es estar el mayor tiempo posible en el exterior, ya sea parques, jardín o paseando por el barrio. Todos los días, sin excepción. «No hay mal tiempo, sino ropa inadecuada». A las familias les pedimos ropa impermeable y ¡a correr! Ya se ha demostrado que los virus no se transmiten tan fácilmente en el exterior, pero es que además el aire libre, frío, el sol…tiene otros beneficios saludables de los que tomamos buena ración día a día.

Limpieza e higiene: no solo ahora, desde siempre trabajamos con los niños la autonomía y una parte importante es su aseo personal. Lavado de manos, pañuelos de papel, mantenimiento de los juguetes y materiales… Son pequeños actos que para nosotras ya eran importantes para su desarrollo, además de para su salud.

Responsabilidad de grupo: Sí, las madres de día estamos orgullosas de nuestras familias, todas y cada una. Porque si un niño está malito se queda en casa, porque saben que no hay mejor medicina que mamá y/o papá. Y cuidándole a él o ella en casa, están cuidando a los demás a distancia (esa que ahora está tan de moda)

Así que, familias, hay que estar alerta, sí, pero sin agobios.


Los niños siguen siendo niños, con sus fiebres por salida de dientes, sus mocos perennes, sus dolores de barriga y sobre todo, ¡sus sonrisas!

De estas sí quiero contagiarme.