Periodo de vinculación.

Periodo de vinculación.

Texto: Mar Lombo, de La Casita de Ro. Fotos: El Hogar de Fedra, La Casita de Ro, Piecitos en casa, La Casita del Pez Austral.

Estos días se ha estado hablando en redes sociales y en diferentes medios de prensa sobre el llamado periodo de adaptación. Ha habido miles de comentarios, tanto a favor como en contra de no dejar llorar a los niños en ese periodo que creo que no han dejado indiferente a nadie que los haya leído.

A nosotras tampoco.

Por eso, hemos decidido escribir sobre ello.

EL Hogar de Fedra

Lo primero, no nos gusta usar el  término «adaptación». Preferimos llamarlo «vinculación».

Esta es precisamente una de las bases de nuestros proyectos como Mades de Día. Creemos que es fundamental dedicar un tiempo a facilitar esa vinculación, encontrando esa conexión con nuestr@s pequeñ@s.

Establecer unos buenos vínculos de apego hace que l@s niñ@s desarrollen confianza en sí mism@s y en el entorno que les rodea. Y eso, les permitirá experimentar, descubrir, aprender y desarrollarse libremente.

La Casita de Ro

El apego, en la etología, es «una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos individuos, por medio de sus interacciones recíprocas, y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad».

A lo largo del curso, a veces solo unos minutos, otras unas horas, se acercarán a su Madre de día, y la pedirán un abrazo o la cogerán su mano, se colocarán cerca, muy cerca, a veces entre sus piernas, buscando esa vinculación, esa unión ya trabajada, que les dará la seguridad necesaria para seguir investigando, experimentando, jugando, creciendo.

Piecitos en casa

Para que esto ocurra, necesitamos del apoyo de las familias que han elegido llevar a sus hij@s a una Madre de Día. En estos días de comienzo de curso, en nuestras «casitas» realizamos un acompañamiento conjunto con uno de sus referentes de apego, un papá, una mamá, unos abuelos que están presentes mientras trascurre todo este proceso.

L@s niñ@s, como los adultos, necesitan seguridad, sentirse bien, cómodos y conocer poquito a poco, sin prisas, a su ritmo, el nuevo espacio que con el tiempo harán propio, a los compañero@s con quien compartirán sus juegos,  y por supuesto a su «mamá de día» que acompañará parte de su día a día.

Una adaptación desde el respeto y la conexión trabajada, nos permitirá crear una confianza compartida, esencial para el desarollo emocional de cada pequeñ@.

La Casita del Pez Austral

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